LA COMISIÓN EUROPEA, NO REDUCIRÁ FINALMENTE A 25MG/KG EL COBRE PERMITIDO EN LA ALIMENTACIÓN DE LECHONES

La Comisión Europea ha abandonado los planes para una reducción drástica en los niveles permitidos de cobre en la alimentación de los lechones, y la industria porcina del Reino Unido lo ha calificado como una «gran victoria», según informa la NPA (Asociación Nacional de Cerdos del Reino Unido).

Después de más de un año de debate sobre los nuevos límites, el Comité permanente de plantas, animales, alimentos y piensos, que ayuda a la Comisión en su función de aplicar la legislación de la Unión Europea (UE), finalmente acordó reducir las MPL del nivel existente de 170 mg/kg a 150 mg/kg hasta cuatro semanas después del destete, de 100 mg/kg a ocho semanas después del destete y luego a 25 mg/kg.

El resultado es “extremadamente favorable para el sector porcino” según la NPA, dado que la propuesta inicial era reducir el nivel de cobre a 25 mg/kg para todas las edades de cerdos, principalmente para proteger los suelos de concentraciones elevadas de metales pesados.

Paul Toplis, miembro del NPA, junto a la Fefac (Federación Europea de Fabricantes de Piensos), apelaron contra la propuesta original. Toplis advirtió sobre los peligros para la salud de los lechones de la reducción de MPL a 25 mg/kg, «junto a los aliados de los sectores de cerdo y alimentación animal de la UE, argumentamos que una reducción tan drástica de los límites de cobre, al mismo tiempo que la industria enfrenta la pérdida de óxido de zinc y la presión para reducir el uso de antibióticos, dificultaría el control de la diarrea posterior al destete en lechones», expresó.

Según la NPA, esta decisión de la Comisión Europea ha ahorrado potencialmente a la industria porcina alrededor de 20 millones de euros.

La asesora principal de políticas de NPA, Georgina Crayford, dijo que “esta es una victoria significativa para la industria porcina. Estamos muy contentos de que el Comité haya tenido en cuenta nuestros argumentos y haya llegado a una conclusión sensata».

Uso más restrictivo del cobre en alimentos para animales

Las autoridades de la UE han tenido durante décadas una política de reducción de los niveles de cobre en las dietas de los animales, y especialmente en la alimentación de los cerdos.

1982: El Comité Científico de Nutrición Animal (SCAN) llegó a la conclusión de que el nivel máximo en el cobre dietético total no debería exceder de 125 mg / kg en los piensos completos para lechones y cerdos.

1983: Otra opinión emitida por SCAN en 1983 ya expresó la preocupación de una mayor selección de cepas de E. coli resistentes a un antibiótico (cloranfenicol) en aquellas dietas de cerdos con un mayor contenido de cobre. Sin embargo, reconocieron que podrían autorizarse medidas específicas en algunas regiones donde las preocupaciones ambientales fueran más bajas.

2000: Hasta principios de la década de los años 2000, los niveles máximos autorizados tomaban en cuenta las densidades de producción animal para evaluar el riesgo de carga de cobre debido a la fumigación de los purines de cerdo.

En esos días, la concentración máxima de Cu en la dieta era de 175 mg / kg hasta las 16 semanas de edad de los lechones, pero la regulación de éste difería entre los países europeos en los cerdos después de la 17ª semana de edad.

 

En los Estados miembros donde la densidad media de la población porcina era igual o superior a 175 cerdos por cada 100 hectáreas de tierras agrícolas utilizables, el nivel máximo de Cu en la alimentación completa era 35 mg / kg en lugar de 100 mg / kg.

2003: La Opinión del SCAN propuso un compromiso para reducir la carga de cobre sin afectar el rendimiento de los animales de granja, especialmente cuando su uso como promotor de crecimiento está bien documentado. Sugirieron entonces de reducir el nivel autorizado de 175 mg / kg a 10 semanas de vida en lugar de 4 meses.

Sobre el riesgo de resistencia microbiana, SCAN comunicó que un plásmido de una bacteria intestinal podría contener un gen que codifica la resistencia a cobre y genes de resistencia a antibióticos.

Según el dictamen de SCAN, el Reglamento 1334/2003, de 25 de julio de 2003, definió nuevos niveles máximos de cobre en los piensos para cerdos:

  • Lechones hasta 12 semanas: 170 mg/kg en total
  • Otros cerdos: 25 mg/kg en total

2016: En 2016, a petición de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se publicaron dos revisiones bibliográficas.

Inicialmente en 2012, la Universidad de Ghent realizó un informe actualizado sobre la influencia del cobre en la resistencia a los antibióticos de la microbiota intestinal en los cerdos, incluidos los lechones, revisando un total de 901 referencias, de las cuales solo 33 fueron admitidas.

Los autores concluyeron que no podían excluir la posibilidad de una correlación positiva entre los suplementos de cobre por encima de los requisitos y el desarrollo de resistencia a los antibióticos.

Otra revisión sistemática de la literatura se centró en los efectos de los niveles de ingesta de cobre sobre el perfil de la microbiota intestinal de los animales a los que se alimentaba con esos niveles.

Los autores concluyeron que el cobre, incluso a bajas concentraciones (<50mg/kg en la alimentación completa) puede afectar la microbiota en el tracto gastrointestinal.

A partir de estos informes, la EFSA publicó un dictamen de 100 páginas en 2016 para la revisión de los contenidos máximos de cobre en la dieta.

La propuesta sugerida con el mayor impacto en el rendimiento animal fue reducir la concentración de Cu de 170 a 25 mg/kg en los piensos de los lechones, suprimiendo así su efecto de promoctor del crecimiento.

 

Esta sugerencia creó una fuerte reacción de la industria porcina en la UE.

Las autoridades reguladoras quieren restringir los márgenes de seguridad en la administración de suplementos de cobre, y por ello se deben elegir soluciones que maximicen el rendimiento de los animales y minimicen el impacto en el medioambiente.

En relación al nivel de cobre, los nutricionistas deben seleccionar fuentes minerales que ofrezcan las mejores pruebas de biodisponibilidad y rendimiento animal.

 

 

 

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